Ayer fui a ver Munich, la última película de Steven Spielberg. La verdad es que me gustó, a pesar de todas las aprehensiones y observaciones racionales que puedo hacer al respecto y que coinciden con una crítica que leí y que básicamente dicen relación con la convicción, o más bien, la falta de ella, de los personajes, quienes derrochan muchas cosas, excepto un discurso ideológico convincente o al menos autoconvencido.
A pesar de eso, me gustó, más allá de lo estético, que en todo caso es muy bueno, porque tenía una perspectiva traumática de quien asume, no queda claro por qué, una misión en la vida, una misión que le exige capacidades y esfuerzos que no sabe si posee, que desconoce en lo absoluto y que cuando descubre, no se cuestiona, ni se detiene a analizar. Hay algo en el protagonista que tiene que ver con el tiempo, con el apuro, que me resulta interesante....eso de correr para cumplir y cumplir para más tarde sentarse a pensar qué es lo que hizo...Me da la impresión que muchas veces me ha pasado, que he tenido esa sensación de que si freno y pienso, se me va a desarmar toda la estructura que llevo tiempo forjando y...entro en pánico y...mejor sigo corriendo y...ya veré más tarde.
En fin y en conclusión, la película tiene un cuento subjetivo y personal que me gustó, un acercamiento íntimo hacia un personaje que tenía algo que hacer en su vida y que no tenía tiempo para pensar si sacaría algo en limpio con eso.
1 comentario:
Qué redacción tan tropezada!!!!
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