miércoles, marzo 08, 2006

LA TIERRA NO ES TAN FRÍA


El domingo pasado ví la película Tierra Fría. Me gustó mucho y me afectó del mismo modo. Era una hsitoria muy fuerte, de una mujer absolutamente común, con una experiencia de vida que puede ser la de cualquiera. Su marido le sacaba la mugre y un día, en que la dejó inconsciente decidió "gritar y salir corriendo" con sus dos hijos, un adolescente de padre desconocido o más bien inconfesado y una niñita, hija de su tormento. Se fue a vivir con sus padres, una pareja muy tradicional, de una mujer que toda la vida se dedicó a la casa y a su marido y él un esforzado hombre que nunca sintió que su hija lo llenara de orgullo, porque, claro quedó embarazada muy joven y eso lo avergonzó.
La pega más lucrativa que había que en el gélido paraje en donde transcurre la historia, era una mina de acero, de la cual se amamantaba todo el pueblo, en particular los hombres, porque era un trabajo que se miraba muy mal que hiciera una mujer. En fin, ella decide trabajar allí porque se ganaba un muy buen sueldo y creyó que podría soportar todo lo demás. El todo lo demás era un ambiente apestoso, en que los hombres les decían cosas desagradables, les daban un trato absolutamente indigno, como si ellas fueran un bodrio, un rastrojo de la sociedad, les hablaban como si fueran putas y les hacían "bromas" que ni a una puta le harían, como darles vuelta un baño químico en el que antes habían defecado y las tenían sometidas al miedo de ser violadas, porque la mina era muy grande y estaba llena de lugares en los que podía pasar cualquier cosa sin que el resto se enterara. Debo admitir que todo esto me hizo revalorar mi ambiente de trabajo!!!.
En fin, la idea no es contar toda la película, sino que dejar planteadas algunas inquietudes. En un contexto como ese, todos los hombres se transformaban en un enemigo con una sola voz, una mala intención, en una jauría aullante y agresora que evidentemente actuaba así porque se sentía amenazada y el miedo era tan fuerte que perdían la capacidad de pensar con claridad, porque en este caso, ¿cuál era la amenaza, cuál era el riesgo tan grande que corrían de aceptar que una mujer trabajara codo a codo con ellos?, ¿corría riesgo su virilidad, acaso, o se ponía en tela de juicio su rol de proveedor?. Enfrentar una jauría desenfrenada, hambrienta y totalmente irracional es demasiado difícil, requiere de una tremenda valentía y de una convicción a toda prueba y las mujeres hemos ido construyendo nuestro camino a punta de confrontaciones, de aperrar, de domesticar, de cultivar, convencer y demostrar que cada vez que nos empujan o nos hacen zancadillas, aunque nos duele y nos corren las lágrimas, no nos quedamos tiradas en el suelo, sino que nos limpiamos la herida y nos ponemos de pie, para seguir caminando con firmeza y dignidad. FELIZ DÍA GRANDES MUJERES!!!

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