Era un viernes, lo recuerdo bien...la fantasía se hizo piel, labios, lenguas y luego...como era de esperar, la realidad entró por mis oidos, la verdad ebria, cruda y lúcida. Me sonaba a deja vú, a recaida, era una sensación de error idéntica a la sensación del último error que cometí.
Miré y me di cuenta que era una reminiscencia de aquellos tiempos en los que yo no era yo, en que no estaba en mí, no veía por mí, sino que era todo para él, todo desde él..era él y me había costado tanto volver a mí, volver a verme, a pensarme, a amarme.
Ese mí se escapó el viernes y se fue a pasear un rato en aquel y odié la sensación, odié la facilidad con que todo volvía atrás, la ligereza con que me escabullía de mí.
Desde ese viernes comencé a construirme cierros, deslindes más fuertes y firmes, que, a diferencia de otros cercos, no impedirán que otros entren, sino que permitirán que no me vuelva a ir, porque acá adentro se siente muy triste cuando yo no estoy.
3 comentarios:
Me gustas cuando callas, porque estas como ausente........
Creo que este poeta, a veces maldito en la realidad con sus mujeres, admiró a una mujer que sólo podía tocar y llegar cuando
ella se lo permitiese. La admiraba porque sólo daba los espacios que su alma libre quería ceder, los otros momentos eran de ella que estaba en plenitud de si, llena de sí, sin necesitar a otro.
Esa luz propia nunca hay que cederla, porque dejamos de vernos y de darla.
Bienvenida de nuevo, me gusta mucho ver tu luz, el mundo se alegra y vive de ese calor,...no lo apagues más.
la gracia de retroceder, es que al volver a tomar el rumbo has aprendido que NO quieres para ti...De ahí en adelante todo es crecer....eres mi orgullo.
Gracias "anónimo" por tu apoyo. En esa tarea estoy, en la de crecer y me siento super acompañada en el proceso.
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