
El sábado 2 de marzo fui a la Arana Santiago a ver a Silvio Rodríguez. La verdad es que hace tiempo que perdí la cuenta de a cuántos conciertos de Silvio he ido desde el glorioso primer concierto en democracia que estuvo increible, emotivo, cálido, mágico.
De todos esos conciertos, el que menos me ha gustado fue este. Silvio estuvo distante, frío, absolutamente lejano de su público que lo sigue y lo admira tanto. No fue capaz de empatizar en nada con nosotros. ël que es toda poesía, no fue capaz de decir nada que nos hiciera sentir que hay algo que nos une, que las emociones que canta de verdad las siente y que todo lo que nos ha hecho pensar, sentir, estremecernos, desde que éramos casi unos niños, es algo que él lleva, transporta y trae de regalo cuando viene de visita. Nada de eso ocurrió y aún peor, cambió los arreglos de 3 canciones fueron desastrozos:
El día en que voy a partir fue uno de los que más me chocó; parecía musicalizado por alguien que nunca oyó la letra de la canción. La música era como de can can, mientras un amante se despedía agónico de la felicidad.....incomprensible!
Óleo de mujer con sombrero también fue decepcionante y por último
Días y Flores , una canción que desde que la escuché por primera vez, harán unos 20 años, que es una terapia, porque la música y la letra me elevan, me transportan y me ayudan a sacar la rabia de mi sistema. Es una canción catártica y él la cantó como si fuese un bolero.
Me quedé con una sensación triste, de desilusión y de ausencia, pero ya decía un hombre sabio (Carlos Moncada) que la mejor forma de no perderse es siguiendo ideas y no personas...en este caso, siguiendo canciones y no trovadores.
2 comentarios:
Pues que fui con vuestra merced, pero no he tenio la misma impresión.
A mi me ha gustao, quizá no compenetrante, pero gozé igual, incluso había pensao en no asistir por otros motivos, pero valió la pena tía.
¡Silvio siempre es y será Silvio!
Como ya dije, opino exactamente todo lo contrario
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