lunes, septiembre 03, 2007

CHUQUI


En estos días me ha impresionado el tema del cierre del campamento de Chuquicamata. Esta sensación de que les cierren el pueblo donde nacieron, se criaron, trabajaron y entregaron años de su vida, me parece super fuerte. He escuchado algunas entrevistas en que gente de avanzada edad se conmueve ante la idea de marcharse de este medio hogar y medio lugar de trabajo, al que le han dado sus hijos, que trabajaron y murieron por la mina.


Debe ser mi cercanía a Lota lo que hace que estas historias mineras, de tanto sacrificio me afecten fuertemente. En ellas me impacta lo que un trabajo marca la vida de una persona y su familia. Ser minero parece más un estigma que un oficio. Es así como la comida, la bebida, las costumbres, los olores, el lavado de la ropa, el aseo personal, la rutina, todo está condicionado, marcado a fuego por el mineral. Me impresiona que así sea y me parece que esos hombres y mujeres endurecidos y ennegrecidos por la vida minera merecen y siempre merecerán el más profundo mis respetos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi me ha impresionado la poca difusión que le han dado al tema, casi me enteré por casualidad.
Chile es un pais minero, Chuqui ha sido la mina más grande, habitaron alrededor de 25.000 personas, y en su ceremonia de clausura oficial de la semana pasada asisitieron muchos ex habitantes de esta ciudad a despedirla con nostalgia.
No apoyo la industria minera, pero es un hecho que da trabajo, genera grandes ingresos al país, y lo que sucedió en este elevado rincón de nuestro país es para homenajearlo.
Lo único positivo es que la ciudad será resguardada como patrimonio, los fantasmas velrán por ella y sus recuerdos.
Paz

Leo dijo...

Pero de que nos extrañamos, alguna vez fue Sewell, las oficinas salitreras, las localidades que son inundadas por embalses...pero a pesar de todo, el sacrificio de los mineros actuales dista mucho del de los de antaño.

PAZ dijo...

¿y cuándo vamos a Sewell?