miércoles, mayo 03, 2006

DEPRIMIENDO
Me la paso escribiendo acerca de nuevos principios y nuevos finales, de la rueda de la fortuna que es mi vida y que gira, en mucha ocasiones, sin mucho sentido, ni orientación. Me parece que es casi una cuestión anímica...los inicios nos llenan de energía, de ganas de emprender, de pelear, de organizar, de ganarle a algo o a alguien, de jugárnosla sin ceder ni transar. Sin embargo, ese ánimo, ese impulso va decayendo, se va tornando fláccido, débil, lacio....y ahí, las ganas se deprimen y....¿andarán de vacaciones?, me pregunto a lo Serrat. Entonces se me viene el tiempo de terminar, de dejar ir, de olvidar, porque ya no tengo más ganas de darle a la persistencia o de persistir en darle, si ya no tengo nada que dar más que desgano y el desgano es eso, la total ausencia de ganas, sentimiento que, definitivamente, tiene que tener un tope, un punto en el que ya no se pueda estar más deprimido, ya no se pueda uno arrastrar más por la vida y que, naturalmente, nos tire hacia arriba, nos eleve y nos saque de ese estado, para poder empezar de nuevo, para rearmarnos y reanimarnos y renacer, para recorrer ese, algo monótono, camino circular e interminable, que, por cierto, siempre tiene un final.

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