domingo, septiembre 10, 2006

El cigarrilo de Ana Gabriel

Anoche estuve conversando
con mi cigarrillo,
me sentí cansada,
cansada, aburrida y tan vacía
que a veces hasta pienso que
ni siquiera existo, que aveces
hasta pienso
que ni siquiera existo.
Lo encendí muy lentamente
le dí una fumada y al mirar el
humo que en el espacio se
volatizaba, recordé tantas cosas
que creí olvidadas, se las conté todas
mientras que lo fumaba.
Le converse de tí y de mis añoranzas,
le conté de tus besos y de mis esperanzas,
le conté de tu olvido, de mis lágrimas tantas,
de aquello que vivimos y que hoy se ha vuelto nada,
le dije que es posible que a mí
nadie me quiera
porque he intentado vivir a mi manera,
porque me he negado a pagar el
tributo de bajeza y pecados
que hoy nos exige el mundo.
Que a lo mejor estoy acabada
o que la vida me ha vencido
que he sufrido y he llorado
que he luchado y he reido y
que es lo que he ganado por
ser así tan comprensiva,
sólo vivir desesperada
en un mundo tan vacío.
Anoche estuve conversando
con mi cigarrillo,
y al terminarlo
pensando me quedé
entre sus pies
que en este verso triste,
que es el mundo en que vivo,
sólo él me va quedando como unico amigo.

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