
Cuando existe una puerta que no podemos abrir, un lugar al que no podemos acceder, una cima a la que no podemos llegar, nos obsesionamos con el tema del acceso. Pero cuando lo obtenemos, cuando logramos abrir, entrar, llegar..,.¿qué?
Podemos solazarnos en nuestro ego, creyendo que somos únicos, los primeros o al menos, privilegiados, pero cuando abrimos los ojos y nos damos cuenta que se trataba de una meta igual que cualquier otra, que con disciplina y dedicación íbamos a conseguir nuestro propósito, pero que haberlo logrado no nos hace ni más inteligentes, ni más bellos, ni más capaces que al resto.
Es entonces cuando nos miramos a nosotros mismos y pensamos....debe haber algo más allá afuera para mí.
"La Vanidad.....mi pecado favorito" (Al Pacino en el Abogado del Diablo)
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