viernes, noviembre 24, 2006

LA PENA


La pena es un apaciguador. Los brazos se aletargan, las piernas hormiguean, los ojos se debaten entre el ardor y el decaimiento. La boca se seca, la nariz se humedece y en general, el cuerpo se siente lánguido y pesado.
Todo en uno se deprime, ningún órgano sensible es capaz de actuar a su ritmo normal.
Ese sentimiento es completo, honesto, no admite fingimientos ni evasiones, porque todo nos muestra y nos demuestra que estamos tristes.
Se puede intentar disimular, pero lo sabemos, lo percibimos de sólo estar mínimamente conectados con nosotros mismos.
Me pregunto sino sería mejor que todas nuestras emociones fueran tan completas, evidentes e inevadibles como la tristeza....




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