lunes, marzo 26, 2007

Niños Soldados en Chile





A propósito de lo que me impresionó la película Diamantes de sangre, en particular respecto de los niños soldados, salió en La Segunda de la semana pasada, un reportaje acerca de los niños guardaespaldas de narcotraficantes en la población La Legua y que calzan con las mismas circunstancias y, lo que es aún peor, con las mismas consecuencias nefastas para el desarrollo de los niños. Me pregunto por qué sucede esto, se trata de mano de obra barata?, hay algún interés expreso de los narcos por pervertir la infancia de esos adolescentes?, se trata de una herencia a la que esos niños no pueden renunciar?, de verdad no lo entiendo.


Acá va el reportaje de La Segunda


Jóvenes "soldados" de la droga: el horror que llegó a las poblaciones


Tienen 14, 15, 16 años... están fuera del sistema escolar, andan armados y su misión es servir de guardaespaldas de los narcos. Su mayor presencia se marca en La Legua -luego del descabezamiento de las bandas de adultos-, donde se enfrentan a balazos con bandas rivales, relataron sacerdote y alcalde a "La Segunda".
Por Ana María Guerra Y.


"¿Usted vio la película Ciudad de Dios?... Pensamos que estamos en ese camino. Ojalá que no, pero si no reaccionamos, ¿qué va a pasar?".


El padre Gerardo Ouisse, párroco de La Legua, no puede ser más claro con su comparación. La famosa película brasileña relata la violenta realidad en una favela de Río de Janeiro, donde el poder lo disputan bandas de narcotraficantes formadas básicamente por niños y adolescentes armados hasta los dientes.

Lo increíble es que el sacerdote no es el único que piensa en "Ciudad de Dios" cuando habla de lo que está pasando hoy en ciertos sectores de La Legua. En entrevista con "La Segunda", usó el mismo ejemplo el alcalde de San Joaquín, el PPD Sergio Echeverría.

Una de las explicaciones es que luego de la intervención gubernamental en esa población, varias familias de narcos quedaron descabezadas. En esas circunstancias es que algunos adolescentes empezaron a tomar las armas. En otros casos se trata simplemente de jóvenes descuidados por su familia, que no asisten al colegio y que buscan ganar dinero y estatus. Y que por su edad apuestan a recibir una pena menor si caen detenidos.

El fenómeno ha ido in crescendo en el último año y quedó patéticamente al descubierto la semana pasada, cuando detectives de la Fuerza de Tarea Sur de Investigaciones detuvieron a dos menores de 16 años que trabajaban como "soldados" (van a la guerra contra los del bando contrario) para narcos de La Legua Emergencia. Ambos son familiares de la famosa banda "Los Cara de Pelota" (hoy con la mayoría de sus integrantes afrontando un proceso judicial) y portaban dos pistolas, una de ellas capaz de disparar munición "matapolicías".

La banda para la que trabajaban les pagaba $15 mil diarios. Fueron acusados por porte ilegal de armas, pero a uno de ellos se le sumó el cargo de homicidio frustrado de un policía, tras ser reconocido por el detective al que le disparó en febrero pasado.

Pero los menores trabajando como "soldados de la droga" son una realidad extendida más allá de los límites de La Legua. Hoy están también presentes al menos en sectores de las poblaciones José María Caro y La Victoria, según pudo comprobar "La Segunda" a través de dirigentes vecinales.En "Ciudad de Dios" hay algunos pasajes aterradores, como cuando los líderes de una banda le exigen a un pequeño de apenas 9 años que mate a otro niño, para probar que es digno de entrar a la organización. Los narcos se ríen mientras el niño vacila y llora por lo que está a punto de hacer.

"Si no reaccionamos, ¿qué va a pasar?", se pregunta el párroco de La Legua.

"Si hay una provocación, deben defender el territorio"

El jefe antidrogas de la Fiscalía Sur, Héctor Barros, relata que han detectado el fenómeno de los "soldados" durante el último año, sobre todo en La Legua. Por ejemplo, señala, "es habitual encontrar que mientras el sujeto que está prófugo de la justicia come o duerme, menores armados lo protegen". Estos jóvenes trabajan para grupos organizados o para familias. Por eso hay enfrentamientos con la policía, pero también entre narcos.

El comisario Andrés González, a cargo de la Fuerza de Tarea Sur de Investigaciones, explica que los dos soldados detenidos la semana pasada responden perfectamente al perfil: 14 años hacia arriba, desertor escolar y con uno o más familiares detenidos por tráfico o microtráfico. Y una vecina agrega otros datos: "de actuar achorado, visten zapatillas o ropa de marca, andan siempre en los mismos grupos".

Esos jóvenes, expresa el policía, ven lo que hacen "prácticamente como un trabajo prestando protección. De hecho uno de los detenidos de la semana pasada dijo que le daba plata a su madre. Llegan al sector, se les entrega el armamento y están todo el día parados en una esquina (el arma se les retira en la noche para no perderla si son controlados por la policía camino a casa). Puede que no pase nada, pero si hay una provocación su misión es defender el territorio. Esto se ve más en La Legua, en otras poblaciones también, aunque a menor escala".


Recalca González: "Las armas están y lo grave es que están llegando a menores de edad. Y como no es gente preparada para disparar, se parapetan y aprietan el gatillo sin mirar. Por eso a veces resultan heridas personas absolutamente inocentes".

"Hubo un enfrentamiento que duró 3 horas"

Caminar por La Legua Emergencia en un día hábil, a la hora que normalmente los menores están en la escuela, puede ser muy revelador. En muchas esquinas hay jóvenes parados, conversando, sin nada que hacer. De entre ellos es que de repente surgen agudos silbidos y gritos de "los sapos, los sapos", aludiendo a nuestro auto.

Tras la reforzada puerta de un centro de salud mental conversamos con Rosa Valdebenito, dirigente de La Red (reúne a cuatro organizaciones vecinales del sector incluyendo evangélicos y "cristianos", ella es de estos últimos). Asegura que "las balaceras por enfrentamientos entre bandas rivales han aumentado desde hace unos dos o tres meses, de noche y día. Hay muchos jóvenes que están dejando la escoba en la población. Porque son más osados. Hemos tenido muchas muertes de jóvenes en nuestra población, la mayoría por armas de fuego".


Cuando hay tiroteos no queda más que esconderse. "La única forma (de no perder los espacios públicos) es al día siguiente de una balacera hacer algo en la calle. Por ejemplo, mi pasaje es súper chico, pero está dividido en dos bandas, una que está al norte y otra al sur. Y el otro día hubo un enfrentamiento que duró como 3 horas. Estuvimos toda la tarde encerrados. Llegó un evangélico, se puso a predicar en una esquina y todo paró".-¿Y la intervención del gobierno?-No ha servido, porque los cambios son superficiales. Los colegios marginan a muchos de estos muchachos por violentos, porque no saben convivir con el resto de los alumnos y entonces se van a la calle, donde encuentran gente que les muestra malos caminos. Si el gobierno se va a llevar a alguien preso, preocúpese de con quién van a quedar los hijos. Este no es un problema policial, tiene raíces mucho más profundas.Alcalde: "Son más de 50"

El alcalde de San Joaquín, Sergio Echeverría, afirma que "hace un año venimos advirtiéndole al gobierno que en Chile se está empezando a generar un fenómeno parecido a los "maras" centroamericanos: jóvenes con acceso a armamento de grueso calibre y que a partir de actos delictuales menores fueron derivando a secuestro, tráfico de drogas. Las autoridades deben tomar en serio que si no actuamos con prontitud este fenómeno va a seguir creciendo".

Explica que en La Legua a partir de las investigaciones de la Fiscalía Sur (especialmente el conocido Alejandro Peña), se detuvo "a más de 80 narcos en 5 organizaciones. Muchos hijos de ellos con edades entre 12 y 16 años hoy tienen aterrorizada a la población con tiroteos y actos delictuales. Son más de 50, hijos de los Cara de Pelota, de las bandas desarticuladas. También hay otros, pero sobre todo los que andan armados son hijos de los detenidos en operativos el 2006".Agrega que "estamos muy decepcionados con lo hecho hasta ahora por el gobierno en La Legua. De los mil millones que iban a invertir, llegaron solo $300 millones. Y para espacios deportivos, de salud para la población mentalmente dañada, especialmente estos jóvenes, no hubo nada. Deben implementarse programas que permitan atender a estos niños, incluso menores de 12 años, que toman la opción de la delincuencia a temprana edad". Finaliza: "Muchos creen que la "Ciudad de Dios" es cuento, y no, es real"."La capilla quedó con 25 impactos"El párroco de La Legua, sacerdote Gerardo Ouisse, reafirma la crudeza de los actuales enfrentamientos, relatando que "la capilla que tenemos cerca del pasaje Sánchez Colchero quedó el lunes antepasado con 25 impactos de bala. Hay un clima de violencia que no es propio de La Legua".Y agrega: "No sabemos cuántas armas hay en Emergencia, la cifra del año pasado era de 1.200 de guerra, porque no son solamente pistolas, sino metralletas, fusiles... hasta con mira telescópica".A su juicio, en estos momentos "estamos ante un problema de sociedad: la educación de los niños (cuyos padres están encarcelados y la madre carece de autoridad para obligarlos a nada). A veces entraron en la escuela, pero como tienen actitudes violentas, los echaron. En otros casos no logran retenerlos. Pero la educación tiene que adaptarse a lo que son los niños, y no al revés. Se requieren educadores y espacios apropiados. Estos niños no pueden entrar a un colegio normal".

Ante la magnitud del problema, el sacerdote convocó a las organizaciones sociales de la población. Ya van en la tercera reunión, para consensuar fórmulas y lograr que los menores vuelvan al sistema educativo, núcleo de cualquier corte en la cadena del delito, señala Ouisse.
Los "soldados" andan armados, pero como nadie les enseñó a disparar, a veces personas inocentes resultan heridas en los tiroteos.
El alcalde Sergio Echeverría asistió esta semana al juicio contra "Los Cara de Pelota".

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿clau-surado hasta nuevo aviso?