sábado, agosto 23, 2008

Un nudo en la garganta

Los libros que buscan una explicación distinta a la científica para las enfermedades sostienen que aquellas que tiene que ver con la garganta se refieren a sentimientos de angustia que no se han logrado conducir adecuadamente.
Por su parte, las enfermedades infecciosas representan guerras internas, confrontaciones por expulsar, por sacar del sistema algo que rechazamos, que nos complica, que nos angustia.
¿Qué más gráfico que la idea de un grito, desde la garganta, para demostrar que la angustia está allí?. Es demasiado difícil evadir esta interpretación o, al revés, es demasiado obvia como para no darle algún mérito.
Las palabras y las emociones estaban allí, guardadas, revueltas entre sí, mezcla de vómito y sangre, de miel y veneno. Las palabras tienen ese anhelo, muchas veces inconfeso de expresar emociones y sentimientos que, de otro modo, se van quedando sin expresión externa y se retuercen adentro como gusanos o serpientes inquietas, babosas, ansiosas.
Todo encuentra a la larga una vía de escape. Si la vía no existe se la crea y con suerte, ese escape contendrá esta fuga masiva, sino, las heridas y las rasgaduras, las avalanchas y las inundaciones sobrepasarían los límites de la salida y con ello, los límites de lo contenible.
Es increible que haya quienes debamos pasar por estos escapes abruptos, drásticos para entender los mensajes de nuestra alma, de nuestra siquis. Lo importante es buscar mecanismos de limpieza mental, métodos que permitan que no deba vovler a ocurrir un abseso de angustia purulenta para poder aprender a decir lo que quiero y lo que no, lo que me supera y lo que necesito. Hay que aprender a gritar, a quien es debido, en el momento debido.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

y gritaste amiga?
salio?
paz

clausa dijo...

Siiiii, ando gritando como loca, loquita....Era harto lo que tenía que salir.