
La justicia es ciega, el amor es ciego y ahora, resulta que mi abuela también lo es. No es que se haya vuelto repentinamente ciega o que la haya atacado una terrible enfermedad que le provocara ceguera, no... decidió volverse ciega, decidió no volver a abrir los ojos. Qué la habrá llevado a tomar una decisión como esa?, será acaso que hay algo que no quiere ver? o será que ya ha visto demasiado?.
Los doctores dicen que su cabeza ya no funciona bien y a mí me parece tan lúcido llegar a un punto en la vida en el que ya no quieres mirar, en el que por un acto de voluntad, férrea e intransigente (como es ella) ya no ves más.
Me acuerdo que de niña me obligaba a mi misma a mirar, cuando veía una película en la que se avizoraba una escena violenta o que producía miedo o repulsión, me parecía que era parte de la adultez enfrentarme a esas cosas y verlas, para que dejaran de producirme miedo, rechazo o repulsión. Con el tiempo creo que no dejaron de producirme esas sensaciones, sino que aprendí a convivir con ellas. Pienso que mi abuela ya no tiene ganas de convivir con algunas cosas que la rodean, que probablemente ha visto y ha enfrentado muchas veces y, asumiendo que tenía que crecer miró y miró y soportó estoicamente y...como su cabeza ya no funciona tan bien, en medio de su locura asumió que ya estaba bueno, que ya era suficiente y que ya era innecesario seguir aguantando y cerró los ojos y ahora ve, lo que quiere ver!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario